La Biblia es la Palabra De Dios, y contiene el deseo de Dios para la humanidad, su plan de salvación el cual es únicamente a través de Jesucristo y contiene también el futuro para la misma. La Biblia en sus manuscritos originales están libres de contradicciones y errores, es infalible, autoritaria y guía nuestra fe y vida (II Timoteo 3:16, II Pedro 1:21).

Dios es el único Dios y no hay otros dioses además de El en todo el universo (I Timoteo 1:17, Isaías 43:10, 44:6, 44:8).

Dios siempre ha sido Dios (Salmos 90:2), es el Creador (Génesis 1:1; Isaías 40:12,22,26). Dios es Santo (Apocalipsis 4:8), Eterno (Isaías 57:15), Omnipresente (Salmos 139:7), Omnipotente (Salmos 139:7), Omnisciente (I Juan 3:20), Dios es espíritu (Juan 4:24), es amor (I Juan 4:8,16), Dios es luz (I Juan 1:5), es verdad (Salmos 117:2), debe ser adorado (Apocalipsis 7:11; Génesis 24:26), se le debe servir (Mateo 4:10, I Tesalonicenses 1:9).

Hay un solo Dios (Isaías 43:10; 44:6-8; 45:5) quien se manifiesta en tres personas coeternas, distintas; un solo Dios, no tres dioses y no una persona que tomó tres modelos.

El Padre (Filipenses 1:2), El Hijo (Juan 1:1,14; Colosenses 1:15-17; Colosenses 2:9) y el Espíritu Santo (Hechos 5:3-4). La Trinidad siempre ha existido (Salmo 90:2; Deuteronomio 33:27), no es contingente (Isaías 44:24), inmutable (Malaquías 3:6), trascendente (Éxodo 3:14) y soberano (Isaías 46:10). Dios es Santo (1 Pedro 1:16) y Él se ha revelado a través de su Creación (Romanos 1:20), en su Palabra (Éxodo 20:1-5) y en la persona de su Hijo (Hebreos 1:1-3).

Jesús es El Verbo, que se hizo hombre (Juan 1:1), Él en su naturaleza es humano como divino, es una Unión Hipostática, Jesús es pues Dios (Juan 1:1; 14, Colosenses 2:9, Filipenses 2:5-8). Es 100% Hombre y a la vez 100% Dios. Continuó siendo Dios cuando vino como hombre. Actualmente está en el Cielo como mediador entre nosotros y Dios el Padre (I Timoteo 2:5), intercede por nosotros como un sacerdote (Hebreos 6:20).

Cuando Jesús caminó en la tierra como Dios, fue adorado (Mateo 2:2,11, 14:33), no hubo pecado en Él (I Pedro 2:22), (1 Juan 3:5) y toda la deidad de Dios está en Él (Colosenses 2:9).

Como hombre, adoró al Padre (Juan 17), fue tentado (Lucas 2:52), murió (Romanos 5:8), tuvo un cuerpo como el nuestro (Lucas 24:39).

Al morir en la cruz, se hizo como sacrificio por nosotros (Juan 19:30, I Pedro 2:24, I Juan 2:2).

Entre las falsas enseñanzas que se han esparcido se dice que cuando vino como hombre dejó de ser divino y que murió espiritualmente. Esto es falso, y no se dicen tales cosas en las Sagradas Escrituras.

Su Nacimiento fue milagrosamente concebido por María (Lucas 1:42) por el poder del Espíritu Santo (Mateo 1:18, Lucas 1:35), María dejo de ser virgen después del Nacimiento de Jesús (Mateo 1:25).

Jesús se levantó de los muertos después de tres días (Juan 2:19-21), resucitó en un cuerpo glorificado. Ascendió al Cielo (Hechos 1:9-11) y reina a la derecha del Padre (I Corintios 15:25).

Así mismo, su Iglesia, todos aquellos que le hayamos recibido como Salvador y Mesías, resucitaremos y estaremos con Él (Juan 3:16, I Corintios 15:35-45, Juan 12:26).

Como resultado de su gracia ahora somos salvos por Gracia y justificados (I Pedro 3:18, Mateo 1:21, Romanos 3:28, Colosenses 2:14), esto es un regalo de Dios (Romanos 3:24). No a través de ninguna ceremonia, sacramentos o bautismo (Gálatas 2:21).

El hombre está lejos de Dios y en enemistad con Él, necesita la Gracia de Dios para ser salvo y no lo será por obras o gente que creyó que servía a Dios, pero con sus obras y mal corazón reflejaban lo contrario (Mateo 7:22-23), (Romanos 3:23; 5:8; 6:23), (Juan 14:6), (I Corintios 6:9-11).

Creemos que aquellos que rechacen la Salvación en Cristo Jesús, estarán separados del Padre eternamente (Salmos 9:17, Mateo 25:46, Lucas 16:23-26, Juan 12:48, II Tesalonicenses 1:8-9).

Los que hayan pertenecido a Cristo heredarán la vida eterna (Juan 14:1-3; 17:3, II Timoteo 2:10).

El Bautismo es un acto de obediencia hacia Dios, es una manifestación pública de que hemos aceptado a Cristo como nuestro Salvador. El agua no salva o el acto de bautismo (Mateo 28:19, Hechos 2:38-41) este es solo un acto de obediencia, somos salvos por Gracia y justificados por fe (I Pedro 3:18, Mateo 1:21, Romanos 3:28, 5:1).

Somos santificados en el proceso por el cual el Espíritu Santo nos hace semejantes a Cristo.

Tomamos la Cena Del Señor como un acto para recordar al Señor (Lucas 22:19, I Corintios 11:24).

Creemos que Cristo tiene autoridad sobre todos (Filipenses 2:9, Hebreos 1:4) y es cabeza de su Iglesia (Efesios 1:22; 5:23, Colosenses 1:18).

Todo ministro, debe ser guiado por Cristo como ejemplo, en humildad y servicio a otros, no siendo déspotas o dictadores (Juan 13:13-16, Filipenses 2:3-8).

Cristo volverá por su Iglesia (Juan 14:1-3, I Tesalonicenses 4:16-17, Apocalipsis 22:12).